Buenos días Luis,
una década después seguimos hablando del túnel de Honorio Lozano, esa obra que todavía muchos no entienden por qué se llevó a cabo o, más aún, por qué siquiera se llegó a plantear. Teniendo el cuenta que el aparcamiento de mil plazas no se ha llenado ni siendo gratuito, parece que el tiempo ha dado la razón a aquellos que denunciaban que la obra no era necesaria incluso antes de que se empezase a construir.
Algunos comentan que las responsabilidades políticas ya se pagaron en las urnas, pero muchos ciudadanos todavía no se explican por qué habrá que pagar casi un millón y medio de euros anuales durante los próximos treinta años por una obra infrautilizada. Quizás la respuesta más recurrente es que por aquel entonces había dinero y era necesario invertirlo…perdón, gastarlo…perdón, derrocharlo…en infraestructuras que se alejaban en demasía de las necesidades de los ciudadanos.
Un saludo