Durante los meses de noviembre y diciembre, la Comunidad de Madrid ha instalado alrededor de 300 cajas nido en el monte de Matarrubia. El objetivo de esta medida es que los pájaros, animales que pueden comer cerca de tres kilos de insectos al año, colaboren en la lucha contra la procesionaria.
Muchas especies de pájaros viven en oquedades y precisan que el ecosistema disponga de huecos suficientes que posibiliten su reproducción y refugio. En los espacios repoblados y en las masas adultas sometidas a régimen de explotación de sus recursos, los huecos naturales o bien no existen o son muy escasos. Por esta razón, y para facilitar a las aves el acceso a un sitio en el que vivir, se facilita su refugio y reproducción con las cajas nido; así, diferentes especies de pájaros insectívoros como los carboneros o los herrerillos pueden establecerse en un bosque y colaborar en el control de las colonias de procesionaria.
Diferentes ensayos realizados sobre la alimentación natural de estas aves indican que un pájaro insectívoro (carboneros, herrerillos…), que pesa unos 15-20 gramos, necesita consumir diariamente del orden del 30-40% de su propio peso en materia viva; es decir, en un año un pájaro insectívoro consumiría cerca de tres kilos de insectos, lo que supone la eliminación de miles de ellos de forma natural. Esta iniciativa se une en Moralzarzal a las bolsas trampa con feromonas instaladas por el Ayuntamiento hace unos meses y a las tareas de clareo cuyo objetivo es que los árboles más fuertes crezcan sanos.